Si tienes una planta de incienso madre sana,
también puedes decidirte por multiplicarla
mediante esquejes. La mejor época
para usar este método es la primavera y puedes hacerlo en agua o directamente
en una tierra o maceta que se mantenga húmeda. También se reproduce fácilmente
por división de la mata.
Os vamos a contar las claves
más importantes de su cultivo para que no tengas ninguna duda en comprarla en
cualquier vivero o tienda de jardinería.
Y si te atreves, por su puesto también tienes la opción de multiplicarla
a partir de esqueje. ¿Te animas?
Consiste
en cortar una porción de tallo o esqueje e
introducirlo en tierra especial en macetas para que se reproduzca la planta.
Los esquejes de algunas plantas, cuando se cortan y se plantan en un buen
terreno o en un sustrato húmedo producen raíces que permitirán el posterior
rebrote de la planta madre seleccionada.
Trasplante: Se efectúa hacia principios de la primavera, utilizando una maceta un poco más grande que la precedente.
Riego: Requieren riegos moderados, sin encharcamientos, el sustrato debe mantenerse
siempre ligeramente húmedo en los periodos más calurosos y un poco más seco en
otoño-invierno.
El incienso tiene hojas de
color verde brillantes con un borde blanco crema. Sus hojas son muy olorosas al
igual que sus pequeñas flores.
Podemos catalogar la planta del
incienso como planta de interior, adaptable a cultivo en macetas.
Por tanto, tenemos que seguir una serie de pautas muy conocidas
y de sobra utilizadas en plantas adaptadas a recipientes.
Al tenerla como una planta de
interior, debemos buscar un lugar adecuado de exposición lumínica, cercana
a una ventana.
No debe existir mucha variación de temperaturas entre la noche y
el día, encontrándose el rango ideal entre 15 y 22 ºC. Este abanico es
especialmente cálido para el desarrollo de la planta de incienso, siendo
fácilmente conseguible en el interior de casa.
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